martes, 15 de marzo de 2016

Semana 9 y 10 | Dionisio en Cuba | Adaptación

Sigo en Cuba. Ya casi estoy a mitad de este camino, que está sucediendo muy agradable a pesar de todo.

Y decir a pesar de todo es más una cosa de la vida que de mi situación aquí. Ya conté, en mi último post lo que me pasó con la computadora (ya solucionado, por cierto). Así que la para rematar mi felicidad la semana pasada me atacó la sinusitis, que convive conmigo desde los ocho años.

Ya entró el calor en Cuba y el cambio de temperatura se fue directo a mi organismo, despertando los malestares de la sinusitis y acompañándome toda la semana. Tuve que doparme de pastillas el viernes y dormir casi todo el sábado para superarla, y aunque todavía no se ha ido totalmente de mi cuerpo ya estoy recuperado en un ochenta y cinco por ciento.

Eso, me impidió seguir con mi tradicional post semanal. Así que aquí estoy de vuelta poniéndome al día con ustedes y conmigo.

Así que retomo donde lo dejé.

En la víspera del aniversario del nacimiento de García Márquez, develaron en la escuela una placa en la residencia donde vivió varios años. Asistí, por supuesto, a un bonito e íntimo acto. Fue emocionante estar en el mismo lugar donde el caminaba, pensaba y escribía. Como saben, él fue uno de los fundadores de la escuela, así que hay mucho cariño y respeto por su memoria por acá.


El domingo seis de marzo asistí al concierto de Major Lazer en la Habana. Era un concierto abierto, gratuito y masivo. La cita era a las tres de la tarde, pero el concierto comenzó minutos después de la cinco y duró un poco más de hora y media. Estaba lleno, llenísimo. Escuché que algunos dijeron que hubo 200.000 personas, aunque otros aseguraron que eran 400.000. Me creo las dos cifras.



Al acabar el concierto el mar de personas era impresionante. Por suerte La Habana es una ciudad caminable.

Desde la semana pasada he estado en un taller de “Adaptación” de obras literarias al cine. Un taller para el que no venía preparado pero que me ha gustado mucho. Además adaptación es una palabra ideal para describir estas semanas. A veces una historia está escrita, pero resulta que al reescribirse termina siendo mejor que el texto que se inspiró. Tal vez en otro momento retome el tema, pero por ahora: “adaptación”.

También fui al Teatro. Asistí a la obra Decamerón, una adaptación bien cubana de los cuentos de Boccaccio, bastante bien montada y actuada, además de divertida. Todo por diez pesos cubanos, es decir 50 centavos nuestros.



Como dije antes, entró el calor, no sé si el verano, pero esto me tiene feliz. Otra cosa que entró fue el horario de verano, así que todo debe pasar una hora más temprano y no he podido acostumbrarme.


Eso por ahora, nos vemos la próxima semana.