martes, 22 de abril de 2008

1492/Hace calor...

La tierra está de celebración. Muchos han aprovechado el día para hacerse eco de la crisis global que estamos atravesando y vociferar en alto que el planeta la está pasando mal. Yo, realmente, he sido un poco escéptico sobre el tema. La verdad a veces he pensado, como ya he oído hablar a muchos, que lo del cambio climático es un embuste (Sí, por más que lo diga Leonardo Di Caprio me cuesta creerlo). Otras veces también se me ocurre pensar que es un proceso “natural” del planeta y en ese caso, no hay mucho que podamos/pueda hacer.
El asunto ha comenzado por otras cosas: las estaciones desaparecen y aparecen cuando les da la gana, las especies se esfuman a raíz de extrañas enfermedades y los casquetes polares se deshielan. Hay un miedo progresivo y eso, provocado o no, es de preocuparse. Si la naturaleza es una madre y está teniendo algún tipo de venganza con nosotros (…ta madre), pues tal vez lo que quiera es que hagamos las paces con ella. El asunto está en saber ahora qué tipo de reconciliación quiere ella.
En Panamá mientras hace un calor infernal, literalmente. (Aunque no sé si deba decir eso después que el Vaticano dijese, que en el infierno no hay fuego. Ellos saben de primera mano). Ahora resulta que es nuestra culpa. Lo peor es que fue un proceso sin reversión. Lo hecho, hecho está. Lo único trágico es que si los “expertos” tienen razón pronto acabaremos hambrientos, sedientos y con el agua hasta el cuello. Por si las moscas, cuida tu espalda y cuida a la tierra.

lunes, 21 de abril de 2008

Cita

"Estoy contenta de haberme divorciado. Ahora podré regresar a la escuela".

Nojud Mohammad Alí, de ocho años, cuyo matrimonio forzado y consumado fue anulado por la justicia en Yemen.

martes, 15 de abril de 2008

1492/Pfff...política

Casi ni me di cuenta y ya es invierno otra vez. El tiempo ya ni siquiera se detiene para decirnos hola. Creo que en eso andan pensando nuestros políticos. No sé cómo pasaba antes, pero desde las últimas elecciones, que fueron las primeras para mi, siento que la carrera por un puesto de elección popular no se ha detenido. Ahora resulta que todos quieren ser presidentes. Eso es algo difícil, cuando medio país sabe que ninguno es realmente competente para ese puesto.
No sé si será buena estrategia comenzar la campaña política tan temprano. Ellos dirán que sí pero a mí, por ejemplo, ya me está comenzando a hartar. Incluso, a veces hasta prefiero que “sus asuntos”, los resuelvan entre ellos, en lugar de estar haciendo públicas todas las “puñaladas por la espalda”. Qué tipo de confianza puedo tener yo en una señora, o un señor (para hacer misterioso el asunto), que hoy dice que me apoya y mañana es mi rival.
Lo que debiera convertirse en una carrera por buscar un líder de gobierno que pueda afrontar sin titubeos ni excusas todos los problemas que, de repente, le han aparecido a este país, hoy es un circo barato del que todo el mundo se burla, pero que igual participa. Hay votos a cambio de bolsas de comida. (¿Será comida Compita?)
Me da vergüenza, hay mucho juego sucio, y no creo que necesitemos eso. Lo peor es que no hay de dónde elegir. Mi recomendación: acuéstense a invernar y un mes antes de las elecciones despierten y comiencen a hacer campaña, tal vez así les haga caso.


miércoles, 9 de abril de 2008

1492/Toca y muere

La violencia en este país nos ha transformando en algo estadístico (uno de cada dos de nosotros se ha visto afectado por ella). Hasta hace solo un par de años yo me enorgullecía de decirle a cualquiera que no conociera Panamá, lo tranquilo y seguro que era, ahora no creo que pueda si quiera mentirles. Yo mismo el año pasado fui victima de ello, e inhabilitado como la mayoría tuve que someterme.
Afortunadamente tuve la suerte de poder contarlo, pero muchos de los que se han enfrentado a ella no han podido. La última victima, lamentable, un reportero gráfico, colega y amigo de muchos en este medio. Pero como en la mayoría de los casos, todo queda impune. Los asesinos muertos, pero de risa en su casa.
Cuando este Gobierno asumió las riendas del país, lo hizo con la promesa de que la seguridad iba a aumentar. Casi cuatro años después las cosas no solo no han mejorado, sino que empeoraron. Sin embargo, en lugar de estar buscando soluciones para disminuir la violencia, el "gran jefe" de la policía y el "funcionario mayor" del Ministerio de Gobierno y Justicia, debaten entre ellos, si se debe o no aceptar homosexuales en las filas de la policía (cómo si no hubiera ya muchos adentro).
Lo que sucede es preocupante. Con lo bien que nos está yendo, en este país no deberían pasar estas cosas. Lo peor, es que parece que no tenemos solución en nuestras manos. Hace falta que alguien termine de ponerse los pantalones antes que aparezca una epidemia de justicieros y se nos acabe el país.

martes, 1 de abril de 2008

1492/ Me tocaron el duro

Panamá está más caliente que nunca. El sol que soportamos hoy, no es el mismo de hace unos días y pues, a veces por más que estemos desnudos, no hay formas de pelear con el calor. Yo había encontrado una forma económica, práctica y sencilla de pelear contra eso, sin embargo el fin de semana, me di cuenta cómo cada vez más la inflación me está alejando de las cosas que disfruto.
Sucede que cada vez que un domingo me atacaba el calor, mandaba a comprar duros (si, esa magnifica invención, no sé si panameña, que consistente en jugo congelado), que se vendía en bolsitas plásticas por la módica suma de diez centavos y me refrescaba hasta el alma. Con un dólar yo podía comprar diez duros, pero ahora resulta que hasta los duros aumentaron de precio y ya no cuestan diez, si no quince centavos. Para comprar diez duros necesito cincuenta centavos más.
Hace días vengo notando que las cosas están cambiando en Panamá. He visto cómo sólo en el último año los precios de todo, alimentos principalmente, han ido cambiando. Pero tal vez no me había percatado tanto de cómo han cambiado las cosas hasta este domingo. Con eso de los duros, tocamos fondo.
La leche aumentó veinticinco centavos, la soda quince, la galleta cinco, el batido en el parque veinticinco centavos también y ni hablar de la gasolina.¿A dónde vamos a llegar? Amaba los días cuando era niño y que con veinticinco centavos hacíamos una fiesta con dulce, boquitas y piñata, para siete personas. Esos días parece que ya no volverán.