miércoles, 9 de abril de 2008

1492/Toca y muere

La violencia en este país nos ha transformando en algo estadístico (uno de cada dos de nosotros se ha visto afectado por ella). Hasta hace solo un par de años yo me enorgullecía de decirle a cualquiera que no conociera Panamá, lo tranquilo y seguro que era, ahora no creo que pueda si quiera mentirles. Yo mismo el año pasado fui victima de ello, e inhabilitado como la mayoría tuve que someterme.
Afortunadamente tuve la suerte de poder contarlo, pero muchos de los que se han enfrentado a ella no han podido. La última victima, lamentable, un reportero gráfico, colega y amigo de muchos en este medio. Pero como en la mayoría de los casos, todo queda impune. Los asesinos muertos, pero de risa en su casa.
Cuando este Gobierno asumió las riendas del país, lo hizo con la promesa de que la seguridad iba a aumentar. Casi cuatro años después las cosas no solo no han mejorado, sino que empeoraron. Sin embargo, en lugar de estar buscando soluciones para disminuir la violencia, el "gran jefe" de la policía y el "funcionario mayor" del Ministerio de Gobierno y Justicia, debaten entre ellos, si se debe o no aceptar homosexuales en las filas de la policía (cómo si no hubiera ya muchos adentro).
Lo que sucede es preocupante. Con lo bien que nos está yendo, en este país no deberían pasar estas cosas. Lo peor, es que parece que no tenemos solución en nuestras manos. Hace falta que alguien termine de ponerse los pantalones antes que aparezca una epidemia de justicieros y se nos acabe el país.