La vida, al margen de lo que yo haya dicho, es un proceso de ensayo y error. Nadie sabe qué nos tiene el destino preparado, por eso siempre logra sorprendernos. Ahora el momento de flaqueza se presenta como una oportunidad, que puede hacerme acelerar mis planes y que al mismo tiempo puede hacerme mucho más feliz de lo que fui. Simplemente ahora quiero ver todo como una pequeña piedra en el camino, que me ayudará a entender el porqué tomé ese camino, si frente a todo pronóstico no era el que más me favorecía.
Aquí estoy, completo y feliz. Aquí estoy. A mí alrededor todo sigue sucediendo igual y mi corazón comienza a asimilarlo. Los tropiezos nunca han sido un obstáculo para mí, y cómo antes lo dije, siempre se han convertido en oportunidades. Tengo fe (y a veces me digo ateo) de que así sucederá.
Mi garganta arde en fiebre, pero mi pensamiento se regocija con las nuevas ideas. Mi nariz congestionada apenas y me permite respirar, pero mi mente ya está maquinando nuevos planes para hacerme feliz. Mientras mi cuerpo se recupera de la gripe, mi alma cura las heridas que me dejó la tristeza hace unos días.Tengo una nueva oportunidad de comenzar, de hacer las cosas bien, aprovecharlas, y no me detendré hasta que lo logre.