miércoles, 6 de febrero de 2008

1492/ Toc, toc...alguien allá arriba???

Cierro los ojos un momento intentando no pensar en nada, pero se me viene a la mente la inmensidad del universo. ¿Qué hago yo un minúsculo, y hermoso, átomo habitando y exigiendo protagonismo en un universo donde la tierra tiene el tamaño de un mínimo grano de arena?
Quiero cerrar los ojos para sentir la inmensidad y sentir a Dios...¿Dónde estás? Dime algo para saber que estas ahí. Silencio. Silencio total. Haré la prueba con el monstruo espagueti volador. Más silencio aun. Estoy solo pidiendo respuestas a mis propios pensamientos oscuros y esperar una ya, tal vez no sea la mejor actitud. Hay algo, sin embargo, que me dice que en ese silencio hay una respuesta. Pero es una respuesta tan callada que no la escucho.
¿Porque a Dios se le ocurre hablarnos con silencio? ¿Necesito ser Noé, Moisés o Jesús para que me escuches? Ya probé con iGod, pero solo habla inglés. Necesito un dios que me hable español.
Hagamos otro intento. Nada. Cambiando de entidad. Nada. ¿Será que ya fui abandonado por las religiones? Pues ellos tienen la culpa. Se les ocurrió decirme en las catequesis de confirmación que Dios nos había creado con la única intención de que lo adoráramos ¿Qué dios es ese? Pues fuera el que fuera no era el que yo tenía en mente, algo más misericordioso y menos egocéntrico.Ahora me pregunto si ese abandono me saldrá caro...¿Puede uno vivir sin la religión? Un momento, hay un email celestial que acaba de llegar a mi mente. Me pregunto de cuál de todos los que invoqué vendrá.