martes, 18 de enero de 2011

El hombre que yo amo

Hace tiempo ya que comprobé mi sentimiento. Cada día que pasa siento que crece y se solidifica, y como hoy está de cumpleaños, creo que sería conveniente escribir sobre todo lo que siento.
Anoche, cuando me acosté, estuve pensando que es el hombre perfecto y que no es difícil para mí quererle y admirarle, así que decidí que sería una ocasión ideal para contarles sobre la relación tan especial que tengo con él.
Estoy seguro que mi papá si es el mejor del mundo. En realidad soy bastante afortunado por la familia que tengo y, obviamente, eso incide en gran parte en la felicidad que siempre me acompaña.
Tengo una madre amorosa y muy guapa, a la que amo, y con mi papá siento un especial cariño, respeto y agradecimiento, por no ser un padre ausente o distante, y no tener impedimentos para demostrar constantemente su amor por su esposa y sus hijos.
Tan pronto se casaron en el interior, ambos vinieron a la ciudad en buscar de una mejor vida para ellos y su futura familia, y en todos los sentidos ahora puedo decir que lo lograron. Como ama de casa, mi mamá se encargó de criarnos en el camino “del bien”, de convertirnos en adultos responsables, lograr que como niños nuestra máxima responsabilidad fuera estudiar, y asegurarse que nos alimentáramos correctamente.
Mi papá, aunque permanecía trabajando todo el día, y se encargó que nunca nada nos hiciera falta (en realidad aún lo hace) y cuando llegaba siempre tuvo un momento para compartir con nosotros, e incluso antes de dormir alborotar nuestra imaginación con las historias de “Tío Conejo” y “Rompecadena y Fierabrava”.
Yo he visto a mi papá dejar de comerse algo por compartirlo con nosotros, de soportar incomodidades para permitir que mi hermana y yo seamos felices, y esperar horas por nosotros con una sonrisa en la cara.
Creo que siempre he sentido el deber de ser parcialmente similar a él como padre, pero tengo claro que probablemente ni me le parezca. Me esforzaré, lo prometo, sé que lo que hace mi papá con nosotros es lo que quisiera ser yo para mis hijos.
Te quiero mucho viejo, feliz cumpleaños, gracias por ser perfecto, te amo.