domingo, 27 de marzo de 2011

Soy un fan y tú también


Soy un fan, lo confieso. ¿Pero quién no? Yo amo a Shakira, tú amas el chocolate, él ama el futbol, ella a Chayanne, nosotros al Cholo Durán, ustedes las pintas y ellos a Jesús.
Está claro, todos tenemos algo que nos apasiona, nos mueve, perturba, ilusiona, pero que siempre nos da felicidad. Soy fanático de los fans, sea cual sea su pasión, lo que no entiendo son los antifans.
Afortunadamente el fanatismo no se vive es una colectividad, aunque es probable que sea allí que se exprese. Puede que llegado el momento muchos fans coincidan en lugares y momentos, pero la verdad es que nadie está dispuesto a compartir con otro su ideal. Los fans son celosos y desean que su artista-cosa-ideal llegue a pertenecerles en exclusividad. Si va a tocarles un poquito más, que sea a él o ella, no a otro.
Lo digo como fan, ni siquiera como observador.
Ahora vamos a lo que quiero hurgar. Si estoy de acuerdo, y ustedes también, en que esto es así es, ¿por qué comenzamos a odiar lo que aman los otros? ¿Cuándo una canción comenzó a arruinarnos la vida? ¿Qué razones hay para odiar a una niña que hace dos semanas no conocíamos que canta canciones dignas de su edad?
Las que tenían trece en los ochenta amaban a Madonna. Las que tenían trece en los noventa amaban a Britney Spears. Las que tenían trece en los 2000 aman a Hanna Montana. ¿Eso te molesta? ¿En serio?
¿Que Justin Bieber se compare con Kurt Cobain te puso furioso? Probablemente no tengan forma de compararse, pero el fenómeno mundial de este niño no se puede ignorar. Además, fueron las declaraciones de un chico de 16 años. 16. ¿A esa edad qué hacía Kurt?
En las últimas semanas vivimos un episodio 2.0, digno de nuestra época. Una adolecente, llamada Rebecca Black, con una canción llamada Friday, es el centro de burlas en todo el mundo porque según muchos, su canción es la peor de la historia. ¿Es necesario? Es una niña desconocida (hasta hace poco), que probablemente soñaba con ser una cantante famosa y lo que recibe es un montón de…odio.
Repito, y es por que me desconcierta tanto, es una niña de trece años. Probablemente su responsabilidad sobre la canción y el video sean mínimas, y ni aunque lo fuera se merece lo que he escuchado a muchos por allí comentar.
La verdad, es que no amo todo lo que escucho, pero tampoco lo odio. En general, si algo me desagrada, simplemente lo ignoro o lo saco de mi vida y …Funciona!!! Siempre trato de amar más y odiar menos.