martes, 15 de diciembre de 2015

Adios Social Snack.

Cuando comencé a trabajar en la empresa lo escribí, así que ahora me toca hacer lo propio porque me voy.

Hoy es mi último día de trabajo en Social Snack. Pensando en cómo despedirme de esta empresa, de estos cinco años, de esta gente, de una época muy feliz de mi vida, siento que sería egoísta no mirar atrás y entender cómo llegué aquí.

Sí, Social Snack, me dio mucho y yo, por mi parte, di también todo lo que pude durante este tiempo. Lo di con gusto, lo di con ganas y estaría encantado de seguir haciéndolo, pero la vida nos pone delante oportunidades, momentos, gente a la cual por más que quisiera uno no puede ignorar. Así que hoy estoy dejando Social Snack para abrazar otra oportunidad que también me hará muy feliz.

Me voy.

Gracias Juan por la oportunidad. Como dijiste ayer, fue un aprendizaje mutuo y te debo mucho de lo que hoy sé profesionalmente. Gracias por confiar en mí. Por dejarme ser el primer snacker, adoptarme y ayudarme a crecer.

Gracias snackers del mundo por el cariño. Me llevo la alegría de siempre recibir mensajes bonitos de cada uno y la tranquilidad de poder saludarnos con un abrazo en la calle como si fuera ayer.

Gracias. Nos vemos pronto. 




























domingo, 29 de marzo de 2015

Ya no en este tiempo



No será en este tiempo
Ya no
Nuestros corazones ya no latirán así.

No serán tus labios infinitos sobre mi boca
Ya no
Será sequía intermitente sobre tus hombros.

Enmudece mis manos
Obedece mis suplicas
Intercede ante tu cuerpo en mi nombre
Y ya no me hagas despertar en ti cada noche.

No será lo mismo.
Ya no hay instantes en el día sin tu nombre
Ni amaneceres que tú no hayas empujado.
Ya no saldrá la estrella que lleva tus ojos
Ya no.

Me quedaré viviendo en ese último beso
En la última vez que te amé de puntillas.
Palpita sobre mis venas vacías
Y arráncate del cuerpo mis caricias
Pulveriza mis palabras antes que él las descubra
Y no vuelvas a soñarme, ya no en este tiempo, adiós.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Los días


Un día sin ti es como todos los otros.

Camisa. Zapatos. Una mariposa volando a destiempo sobre mi cabeza.
Pájaros acechando mis pensamientos y buhoneros secuestrando mis palabras.
Gotas desconocidas bañando mi escritorio mientras trato de mantener mis dedos inmóviles.
Es un atardecer que cubre de oro la ciudad atontada.

Es tu aroma en todas partes, en todos lados y en la nada.

Y tú no estás.

Un día contigo, sin embargo, es como un sueño inconcluso.

Es una mariposa con tu aroma suspendida en mis manos, desapareciendo y apareciendo a cada segundo.

Es tu sonrisa dejando tajos desiguales de mi cuerpo por toda la casa.
Es tu sonrisa recomponiéndome.

Es descubrir la eternidad entre tus hombros infinitos o en el espacio entre tu nariz y tu boca.

Los días contigo tienen segundos de ocho horas y horas de dos meses.
Tienen una pata amarrada en una cordillera inescalable, interminable, inexplicable, involuntaria, inexistente.

Los días contigo a veces existen y en esos días me siento vivo.