Semana dos, casi tres,
el tiempo está pasando más rápido de lo que creía.
A veces quiero que sea
así. Que pase todo muy rápido. Otras veces quisiera digerir esto un poco más
lento. Pero así va la vida.
Cómo dije antes me he
hecho muy fan de La Habana, donde la vida es muy diferente a la de la escuela.
La escuela está en el
campo. Esto está rodeado de árboles y sembradíos de vegetales. Llueve mucho en
esta época y por supuesto, hace mucho frío. Paso el día abrigado. Muchas veces
llevo hasta dos abrigos puestos. Como estamos casi todo el día en clases no nos
damos cuenta, y de pronto ya es viernes.
Los sábados hay un bus
que nos lleva a La Habana y el recorrido dura exactamente una hora.
Como he necesitado comprar unas cosas me he recorrido toda la ciudad varias veces. Encontrar pimienta
fue un lio porque aquí la gente cocina con comino. Pero esto me ha servido para
conocer la ciudad. Es hermosa, me gusta cada vez más, aunque hasta ahora la he
conocido por fuera, me toca conocerla desde dentro.
Hay mucha gente en las
calles. Mucha. Entre turistas y cubanos, todos los lugares están llenos y
muchas veces hay que hacer filas para entrar a algunos, pero a nadie le
molesta. Todos hacen su fila feliz.
El estilo de vida en
La Habana es más tranquilo, más relajado, más pasivo. Cruzar la calle para los
cubanos no es motivo de apuro. Las calles son amplias, hay pocos carros y motivación
serena. La gente se ríe de mi porque cruzo las calles corriendo, porque así es
la vida aquí.
Tal vez me falta un
poco de eso ¿no?
La película que me
gustó más durante estos días fue Mustang, es turca/francesa.
Bueno, eso por ahora…
Saludos
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